Después de meditarlo mucho, en junio pasado decidimos que Tigomigo tenía que crecer. Teníamos que rasgarle el corsé que tantas alegrías nos había dado y abandonar ese reducto de seguridad que nos atorgaban nuestras preciosas paredes blancas. Decíamos adiós a seis años en un espacio que nos enamoró a primera vista y que nos ha traído muchas alegrías. 

¿Porqué dar ese salto?

Hacía tiempo que queríamos experimentar con formatos expositivos más transgresores y arriesgados, salir del área de confort de nuestras paredes y apostar por convertir los rincones más insospechados del territorio nacional en una sala de arte.

Lamentablemente, una pandemia se cruzó en nuestro camino y los proyectos han tenido que adaptarse y fluir al ritmo que nos ha marcado un virus invisible que ha cambiado la forma de relacionarnos en todo el planeta. 

Pero las ganas siguen aquí. Igual que la pasión y las ideas. Habrá que adaptarlas y adaptarnos y seguir luchando. Porque de eso, de la lucha, sabemos mucho los que nos dedicamos al mundo de la cultura. Todos somos equilibristas sobre la cuerda floja. 

Nuevas metas, nueva web

Y nuevos caminos también requieren nuevos mapas. Por eso también hemos actualizado nuestra web. 

No sólo tiene que ser el aparador de las aventuras a las que os invitamos a participar. También queremos que sea un punto de encuentro: entre nuestras reflexiones, nuestras locuras y las vuestras. 

Por eso, aquí encontraréis: 

  • Las exposiciones comisariadas por Tigomigo, las pasadas y las que tienen que venir. Os pedimos un poco de paciencia para que todas las exposiciones anteriores vuelvan a estar disponibles. Nos apasiona el arte, pero la informática nos cuesta un poco más. 
  • Artículos sobre arte. Compartiremos con vosotros las exposiciones que visitamos, nuestras reflexiones y dudas. 
  • Eventos: ya sean en línea o en directo. Porque nuestro objetivo es continuar siendo un hervidero de experiencias.