QuerÃa empezar esta serie de artÃculos hablando de algo que en Tigomigo nos parece fundamental en el arte contemporáneo: el papel que todos nosotros, como público, jugamos en la obra de arte.
Hay una exposición reciente en la que este papel es claro y estremecedor: Palimpsesto, de Doris Salcedo, que se ha podido ver hasta el pasado 1 de abril en el Palacio de Cristal del parque del Retiro.
Una instalación
Cuando entramos en la sala, mientras nos cubrimos los zapatos, nos informan en tres ocasiones consecutivas en qué consiste la exposición y se nos pide la máxima prudencia y respeto.
Palimpsesto es una gran instalación que cubre el suelo del invernadero. De las losas del Palacio surgen gotas que lentamente forman los nombres de los ahogados en el Mediterráneo. Un llanto silencioso por todos aquellos que no han logrado alcanzar Europa en su huida de una de tantas vergonzosas crisis humanitarias.
Sin embargo, al visitar la exposición hubo algo que me consternó mucho más que la propia obra: la interacción que se establecÃa con el público.
De repente me encontré rodeado de visitantes, tal vez sean los llamados turistas culturales, retratándose en el espacio. Selfies, poses, fotos graciosas, fotos sexys, fotos de grupo… todo en un ambiente claramente distendido y alegre. No pude evitar sacar también mi teléfono y realizar varias tomas panorámicas, para constatar que a nadie en absoluto le estaba importando lo más mÃnimo la solemnidad del espacio y la gravedad que nos presenta la artista.
Se suele decir que el público modifica y completa la obra de arte, que por definición ya no se puede considerar arte cuando nadie interacciona, como el teatro no es teatro sin la cuarta pared. Este hecho me llevó a preguntarme hasta qué punto Doris Salcedo habÃa tenido en cuenta las relaciones que se establecerÃan con la obra.
Mi experiencia pasó de un primer momento de indignación por la falta de respeto de los visitantes a una reflexión más profunda en la que me di cuenta cómo todos estos visitantes estaban legitimando, sin saberlo, el mensaje que pretendÃa trasladar la artista; convirtiéndose ellos mismos en parte de una gran obra performántica.
Dice la hoja de sala: “La artista colombiana visibiliza asà uno de los hechos más dramáticos e ignominiosos de la nuestra historia reciente: la muerte de miles de personas en las aguas del Mediterráneo ante la indiferencia, cuando no (in)consciente complicidad, de una sociedad europea anestesiada y en peligrosa deriva hacia un cierre identitario.”
En este enlace podéis consultar la entrevista completa en El SubmarÃ.
La artista: Doris Salcedo
La obra de Doris Salcedo (Bogotá, 1958) siempre ha estado vinculada a la violencia polÃtica, el sufrimiento y los procesos de duelo colectivos. Pero des de una apuesta por “presentar la violencia sin violencia, y por transmitir el dolor sin tener que mostrarlo explÃcitamente.
Si queréis descubrir más su trabajo y motivaciones artÃsticas, aquà os dejamos algunos enlaces de interés: